Hace unos meses hice una cosa que no había hecho nunca, ir a un hotel de Barcelona y pasar una noche como un guiri más.
En un hotel, el Neri, que no volvía desde la reforma que hicimos hacia el año 2000, cuando me pasé meses y meses allá dentro.
La plaza de San Felipe Neri es muy entrañable para muchos barceloneses, con un carácter histórico muy identificado. Dentro del óvalo romano, en la ciudad gótica medieval y también forma parte del antiguo callo judío. De hecho en las obras del hotel encontramos un pequeño mosaico romano, dos ánforas, varias estructuras medievales e inscripciones judías en muchas paredes.
Pero aunque la plaza nos parece que ha estado allá de toda la vida, desde hace 7 o 8 siglos como mínimo, con la fuente y los demés edificios góticos y barrocos, en realidad es una plaza bastante moderna, cuando menos como la conocemos hoy en día. Estamos todos muy engañados.
Originariamente la plaza medieval era muy pequeña, justo el espacio que hay ante la iglesia de fachada barroca y convento del mismo nombre.
El 30 de enero de 1938, la aviación fascista de Mussolini con base a Palma, bombardeó Barcelona, en especial la zona del puerto y Ciutat Vella. Una de las bombas de 250 kg cayó en la plaza, haciendo un destrozo espectacular de edificios y matando además de 40 personas (muchos de ellos niños) de la escuela próxima, refugiados en un refugio soterrado de la plaza.
Todavía hoy en día su visibles los restos del impacto a la fachada de la iglesia, como memoria histórica de aquella desgracia.
Como consecuencia de este hecho, se derrocaron buena parte de los edificios y la plaza ganó mucho de espacio. El arquitecto municipal Adolf Florensa, fue el autor de la propuesta, que tenía como objetivo hacerla más grande y unificarla.
Para la reconstrucción de la enton de la plaza, se trasladaron dos edificios góticos, en especial sus fachadas:
La fachada del gremio de Caldereros, proveniente de la Plaza Lesseps donde ahora hay hoy la Agencia de Salud Pública de Barcelona y dónde, por cierto, a mí me vacunaban de pequeño allá, pues vivía aprop. Cuando hicieron el actual edificio de Salud, derrocaron el edificio pero se guardó la fachada.
Esta fachada ya venía trasladada de la plaza de Angel, pero fue retirada también pieza a pieza cuando se hizo la vía Laietana a principios del 1900, es decir, era su segundo y definitivo traslado. Un edificio muy viajero...
Actualmente es la fachada de la Escuela San Felipe Neri en la plaza, y esta es utilizada como patio de la escuela durante las mañanas. Recuerdo que se los colgaban muchas pelotas en el decurso de las obras y nos las venían a pedir.
La otra fachada trasladada es la del gremio de Zapateros, donde actualmente hay el museo del Calzado, en la esquina con el Hotel.
Esta fachada proviene del edificio del gremio que estaba en la calle de Corribia, ante la Catedral, actualmente desaparecido con la apertura de la plaza Nueva y la avenida de la Catedral, también después de la guerra civil.
La fachada del hotel es también contemporánea hecho con restos de edificios derrocados. De hecho, el interior lo derrocamos totalmente y es casi todo nuevo, manteniendo esto si las fachadas, salvo la parte que mujer en la calle de Santo Severo, por donde se accede, que era la zona protegida con el patio y la escalinata gótica, que se conservó íntegramente.
Quizás os he rebajado un poco el encanto de la plaza con esta relato, pero no deja de ser la verdad de la historia de la ciudad, no siempre la que creemos que es. No sé que dicen los guías turísticos de esto, me imagino alguna historia muy diferente.
Por cierto, Adolf Florensa, gran arquitecto noucentista, es el autor de la casa del Cambó en la vía Laietana, uno de los jardines más espectaculares de la ciudad, en la cubierta, pero esto es otra historia...